OPUS MAGNA CONSTITUCIONAL
ISSN: 2707-9857
Corte de Constitucionalidad – Instituto de Justicia Constitucional
República de Guatemala
Tomo XXII
secundaria. El 19 de junio de 1944, reunidos los miembros de la Asociación de Estudiantes de
Derecho, a partir de ese día denominada “Asociación de Estudiantes de Derecho”, acordaron
solicitar a Ubico la reinstalación de los destituidos. Inmediatamente la Asociación de Estudiantes
Universitarios -AEU-, apoyó incondicionalmente lo decidido por los estudiantes de Derecho. En
la mañana del 21, Ernesto Rivas, Secretario Privado de la Presidencia, recibió a los delegados
estudiantiles (Mario Méndez Montenegro, Héctor Zachrisson y Manuel Galich) informándoles que
las destituciones habían sido dejadas sin efecto. Ese mismo día, los comisionados rindieron informe
a los estudiantes de la AEU, reunidos en el Paraninfo. En dicha reunión el estudiante de Derecho
Julio César Méndez Montenegro (Presidente de la República, electo en 1966), propuso que se
instituyera la plena y total autonomía universitaria, lo que fue aprobado por aclamación,
acordándose una petición general para que cesaran los múltiples abusos de autoridad y que de no
obtenerse una resolución total y favorable por parte del gobierno se iría a una huelga total.
El 22 de junio, el memorial dirigido a la presidencia, fue entregado en la Secretaría Privada
de la Presidencia, por los estudiantes Celso Cerezo Dardón y José Luis de la Roca. En dicho
memorial se indica: “agradeceríamos a usted que nuestras peticiones… se resuelvan
favorablemente, de manera que ya el día veintitrés del corriente mes, puedan todos los cursantes
de la universidad reanudar su asistencia a clases”. Ante el “ultimátum”, el Presidente decretó la
suspensión de las garantías constitucionales. Como consecuencia, el 24 de junio, se efectuó la
“Manifestación del silencio” por las calles y avenidas céntricas de la capital, de parte de los
estudiantes y por la tarde y noche, enfrente al Palacio Nacional, “la gran manifestación”, integrada
por estudiantes, maestros y variedad de personas en la que se pidió a gritos la renuncia del
Presidente.
El mismo 24, a la Secretaría de la Presidencia, se presentó un documento redactado por los
licenciados Ernesto Viteri Bertrand, Enrique Muñoz Meany, Guillermo Toriello, Eugenio Silva
Falla, José y Federico Rölz Bennet, el cual fue suscrito por 311 personas, por lo que se le denominó
“Memorial de los 311”, entre los cuales se encontraban conocidos y amigos del Presidente. Lo
anterior provocó pláticas entre algunos de los suscriptores del memorial y funcionarios de gobierno.
El 25, “desde las 8 de la mañana, un amplio sector citadino, ubicado entre la cuarta y la
novena avenidas y la octava y dieciocho calles de la zona uno, empezó a reunirse en forma
multitudinaria… hacia las once, el ejército se alzó sobre la multitud, echándole los caballos, por
encima, arrojándole granadas de fosforo y haciendo disparos al aire; se propinaron sablazos y
batonazos a diestra y siniestra, hasta lograr la desbandada de los manifestantes. El ataque fue
simultáneo y violento en todas las calles, dejando dos muertos y muchos heridos”. (Oscar de León
Aragón, Caída de un régimen: 159). Por la tarde, un grupo de mujeres, en su mayoría maestras, se
reunieron en el atrio de la Iglesia San Francisco, en la sexta avenida y trece calle de la zona uno, y
para protestar frente al Palacio Nacional, se enfilaron hacia la quinta avenida, doblando a la
izquierda en la quinta avenida con destino a la dieciocho calle en donde doblarían a la izquierda,
para tomar la sexta avenida y encaminarse a Palacio Nacional. Pero, a la altura de la diecisiete
calle, se produjo un tiroteo, a consecuencia del cual resultaron heridas varias damas, entre ellas la
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